La falta de relevo generacional en la ganadería y en la agricultura es uno de los principales desafíos que tiene el campo europeo en las próximas décadas.
Francia es unos de los países que más en serio se está tomando el desafío de favorecer la incorporación de jóvenes a la ganadería, tanto para mantener su potente producción agroganadera como para mantener un medio rural vivo.